El presidente ya anunció qu etodas las medidas anticrisis estarían tomadas en el plazo de 3 meses. Aparte de que esta es la única manera de transmitir confianza a los mercados se trataría de una postura inteligente. Por un lado supone tomar todas las medidas impopulares muy rápidamente, de forma que no suponga un desgaste continuo sino que una vez tomadas se pueda concentrar en recuperar todo lo perdido. Por otro se terminarían antes de verano con lo que no entrarían en el debate electoral de las catalanas donde un mal resultado puede resultar demoledor para el PSOE al ser uno de sus cimientos electorales.
Los últimos acontecimientos, sin embargo, no parecen seguir esta pauta. Ya la reforma laboral no se ha planteado como decreto ley, lo que alarga su tramitación hasta el otoño y, del resto de medidas, por ahora nada.
De todas formas, aún con esas, ZP esta vez lo tiene difícil. Muy difícil.
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