Cospedal y Ana Blanco

Hoy Ana Mato volvía a insistir en la falta de imparcialidad de TVE. Cierto es que TVE no destaca especialmente por su objetividad, pero también es verdad que ninguna televisión pública lo hace. Las televisiones autonómicas, por ejemplo, son claramente parte de lo que está en juego el 22M.

Fuera de esto yo sí veo un error en enzarzarte directamente con un periodista como hizo Cospedal con Ana Blanco. Tienes que tener en cuenta que tú te juegas una elección política y ella no se juegan nada por lo que tienes poco que ganar y mucho que perder.

El resultado está a la vista, de esa entrevista sólo se habla del guirigay entre ambas.

Guirigay

Hoy toda la prensa resaltaba la última bronca entre el PP y el PSOE en el Senado a raíz de los negocios de los Chaves en Andalucía.

Para mí este es un capítulo más de la confusión de la que ha hecho gala el Partido Popular a lo largo de la legislatura que consiste en confundir la claridad en los planteamientos con la manera de presentarlos. Se pueden tomar posiciones claras sin necesidad de caer en la bronca que no hace más que desprestigiar tu oposición. Comento esto porque veo bastantes pendulazos en la oposición. Cuando se quiere presentar la cara más amable, se renuncia prácticamente a hacer una oposición incisiva e incluso se abandonan postulados con tal de aparecer como un partido moderado. Cuando se relaja este planteamiento se pierden las formas y se hace oposición a la gresca.

De esta forma no sé muy bien qué consiguen, lo que sí sé es lo que pierden.

La distancia PP PSOE no es tan grande

He estado viendo las distintas encuestas que se han publicado sobre el tema de las elecciones locales y autonómicas. Hay un tema interesante y es que la previsión de diferencia de votos no es tan abultada como las que se están hablando para unas elecciones generales.

Las explicaciones son variadas pero yo destacaría el hecho de que el comportamiento electoral es diferente en las locales y autonómicas que en las generales. Además, en estas elecciones aparecen candidaturas independientes que luego no se presentan a las generales. Este año habrá menos porque estamos en crisis y, algunas de ellas, tenían detrás algún grupo con intereses urbanísticos locales. Otras no tienen suficiente capacidad para presentarse a niveles superiores al municipio. Más tarde, estos “votantes independientes” acaban en mayor medida en el saco de los populares que de los socialistas en unas elecciones generales.

Después de las elecciones cada partido leerá los resultados según les interese, pero en definitiva, lo que cuenta, aparte del punto moral de superar al contrario en número de votos, es el aumento de poder local y autonómico; qué municipios y qué comunidades autónomas cambian de manos.

Rubalcaba quiere todo

Una vez Zapatero ha anunciado que no se va a presentar comienzan los movimientos de todos los candidatos en busca de apoyos. Ya iremos analizando cómo se presenta el tema pero hoy sólo quiero comentar la postura inicial de Rubalcaba pidiendo no sólo ser candidato sino que si lo es, le nombren también secretario general del PSOE.

Esta pretensión final es la que realmente levanta más problemas pues quien sea secretario general gobernará el partido de cara al postzapaterismo y mucho de lo que va a pasar con el PSOE hay que leerno no en clave electoral, sino en clave interna, en clave PSOE. El ejemplo más claro está en Madrid. A pesar de los mensajes, Tomás Gómez sabe que tiene mínimas posibilidades de ganar en la Comunidad sólo o aliándose con Izquierda Unida pero una vez ha asumido esto, todos sus movimientos están pensados para contar con un peso potente y poder influir en el futuro del PSOE asegurándose así su propio futuro.

Con este movimiento el viejo socialismo felipista quiere recuperar el partido.