Ayer Obama ha vuelto a tirar de las orejas a los europeos por la forma en la que están gestionando la crisis en lo referente al sistema financiero. Es cierto que la situación es ciertamente alarmante por la situación griega y sus consecuencias en el sistema bancario pero también es verdad que las actuaciones de Obama en el campo económico pueden ser interpretadas en clave electoral.
Obama es consciente de que con el nivel de desempleo norteamericano peligra su reelección el año que viene pues en el gigante americano el paro tiene consecuencias adicionales que no tiene en Europa en lo relacionado a la protección social. Cuenta además con el precedente de su anterior elección donde la crisis y la economía ocuparon un lugar crucial frente a McCain. Es por esto por lo que está siendo tan locuaz sobre la situación griega transmitiendo así al electorado la imagen de un presidente preocupado por la situación. También el macro plan de estímulo que lanzó hace pocos días responde a esta misma lógica.
Nadie tiene claro si las soluciones propuestas funcionan o no pero con lo que hay que tener cuidado es con mezclar la lógica electoral que invita al gasto y es cortoplacista con una situación económica tan compleja.
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