En las pasadas elecciones generales y las europeas Mariano Rajoy centró su política de juventud en vivienda y trabajo afirmando con contundencia que esto era lo que les preocupaba. Sin embargo, el hecho de que Zapatero sigua teniendo mayores apoyos que el Partido Popular entre los jóvenes parece demostrar lo contrario.
Rajoy olvida que la juventud es una etapa muy larga que exige una mayor segmentación. No tiene nada que ver un joven de 18 años con otro de 24. Es posible (aunque dudoso) que a uno de 24 la preocupación por el paro sea el elemento que le induzca a orientar su voto, pero en todo caso a la mayoría de los jóvenes de 18 es claro que esto no es así. En la dicotomía idealismo versus bienestar no se puede olvidar el primer factor si se quiere conquistar a la juventud de forma mayoritaria.
El PP, si quiere crecer en voto juvenil debería presentar un mensaje del que los jóvenes puedan enamorarse y pensar que están cambiando algo, algo que vale la pena.
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