Zapatero acaba de firmar el traspasar los trenes regionales a Cataluña en plena campaña electoral para intentar mejorar las perspectivas electorales de cara a las catalanas. Aparte de lo que supone de seguir vaciando de sentido el Estado nacional y de hacer las cosas no por Bien Común sino por interés partidista, estratégicamente no es una buena alternativa.
Hay que entender que a medida que se acercan las elecciones la eficacia tanto de lo entregado como de los ataques al contrario va disminuyendo al entender los electores que se trata de algo partidista y poco creíble, forzado por las elecciones. No en vano, las inauguraciones y los grandes anuncios se hacen siempre lo suficientemente lejos de las elecciones como para no ser vistos como algo electoral y lo suficientemente cerca como para que los votantes se acuerden en día de las elecciones. Además al hacerlo tan precipitadamente transmiten una imagen de desesperación y último recurso.
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