Dimisión en el Tribunal Constitucional

La dimisión de tres miembros del TC es un síntoma más del proceso de cambio de gobierno que se está viviendo. Plantear la situación actual como un arranque de responsabilidad autónoma de los dimisionarios me suena bastante inverosímil.

Es cierto que hace meses que había que haberlos sustituido, pero también es verdad que las elecciones del día 22 han consolidado lo que las encuestas llevaban meses diciendo y es que lo más probable es que en breve se produzca un relevo en el gobierno y un cambio en la relación de fuerzas de los partidos que tienen en sus manos el nombrar a los sustitutos del TC. Los rumores de adelanto electoral no añaden ningún tipo de aliciente a los populares para llegar a un acuerdo sino todo lo contrario, promueven este acuerdo se retrase al máximo.

Los socialistas intentan por todos los medios presionar para que la sustitución se haga con ellos en el poder y así consolidar su poder en el Alto Tribunal antes de que las urnas les releguen a la oposición y para ello sus apoyos mediáticos intentan meter la mayor presión posible al PP. Como espada de Damocles la amenaza del PSOE de que cuando gane Rajoy ellos ya no negociarán pero esta amenaza no es muy creíble pues no podrán mantener esta postura indefinidamente; no es lo mismo estar al final de la legislatura que al principio.

Para mí, lo que hay de fondo es el escandaloso hecho de que los partidos controlen al Tribunal Constitucional hasta convertirlo en tribunal de parte y, digan lo que digan los socialistas, son las leyes que ellos han aprobado lo que nos ha llevado a este punto.