Cada día que pasa entiendo menos cómo está gestionando Rubalcaba el tema de la sucesión de Zapatero. Después de toda la presión contra Zapatero lo único que ha conseguido es ser nominado candidato del partido socialista a unas elecciones donde se prevé una catástrofe sin precedentes. Con ese desastre electoral en el bolsillo es difícil que pueda presentarse como quien puede reconducir al PSOE en el post zapaterismo.
A mí me da en la nariz que el vicepresidente ha sobrevalorado su capacidad de mejorar las perspectivas electorales de su partido y que sería capaz de sacar un resultado digno cuando la realidad es que se me hace un pésimo cabeza de cartel; ha sido víctima de su propia campaña para elevarle. El tema es claro, los periódicos afines te sacan encuestas muy benévolas; tú mismo al ver quién es tu jefe, en este caso Zapatero, crees que eres capaz de hacerlo mejor y con esa visión te mueves.
Una vez has cogido la presa menor -ser candidato- sin la presa mayor -secretaría general- empiezas a ser consciente de que a lo mejor el ser candidato te impide luego dirigir el partido y que no es tan fácil remontar pues ni tienes el liderazgo, la situación no mejora sino que empeora y que el presidente te hunde con él. En otro post ya comentaré cómo veo yo sus bazas electorales.
Todavía queda mucho partido y la conferencia política de septiembre puede ser un buen momento para intentar acaparar el poder que le falta. Lo seguiremos de cerca.
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