Queda ya poco tiempo para ver qué pasa en Extremadura y si IU finalmente vota con el PSOE y gobiernan otra vez los socialistas o se abstiene y lo hacen los populares. Una vez más se verifican las diferencias de comportamiento entre los dirigentes y cargos electos y las bases de los partidos.
Los dirigentes están preocupados entre otras cosas por conseguir cuota de poder, por su propia proyección política o por el impacto electoral de sus decisiones. Las inquietudes de los militantes de base son bastante diferentes y tienen una carga idealista, de principios e incluso de vísceras mucho mayor. En el caso de Extremadura la decisión de qué hacer la han sometido a referéndum limitando mucho la libertad de decisión de sus dirigentes e incorporando con mayor intensidad las inquietudes de los afiliados. Las bases han puesto encima de la mesa el cabreo que tienen con las políticas que estos años ha llevado el PSOE junto con el desprecio al que les han sometido. Además gran parte de la campaña electoral ha consistido en marcar mucho las diferencias entre el modo en que ellos entienden la política y la manera en que la desarrolla el PSOE que en el caso extremeño lleva aparejada todos los vicios de quien ha confundido Extremadura con su cortijo.
Todo esto sume a los socialistas en la paranoia de alabar movimientos como el 15M que propugnan mayor participación de la sociedad y de los militantes de base mientras que por otro lado presionan a los comunistas extremeños para que desoigan a sus bases para permitirles volver a gobernar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario