Todos los comentaristas coinciden en que las elecciones más importantes este 22-M se juegan en Castilla-La Mancha entre Cospedal y Barreda. Aunque desde hace tiempo se habla de la posibilidad de que el PP ganase las elecciones es ahora cuando se empieza a dibujar un escenario mucho más probable.
El cambio en la ley electoral que hicieron los socialistas dejaba todas las provincias con diputados pares salvo Ciudad Real. El objetivo parecía claro, el PP podría mejorar sus resultados y ganar en cualquiera de estas cuatro provincias (Albacete, Toledo, Cuenca y Guadalajara) pero por la ley D'Hont, al ser pares los escaños en estas provincias, la probabilidad de romper el empate se ponía muy cuesta arriba ya que tenía se que ganar por mucho. La provincia que podía deshacer el desempate global era Ciudad Real, tradicionalmente socialista, con número impar de diputados. De esta forma el PSOE podía perder las elecciones en número de votantes pero ganar la mayoría absoluta en el Parlamento. El otro factor distorsionador, el que entrase un tercer partido parece bastante complicado.
El PP, sin embargo, ha logrado superar este esquema y no jugárselo todo a una carta. La ventaja que está cogiendo le permite que, aún perdiendo Ciudad Real, las elecciones se juegen en otras provincias donde podría aventajar por 2 diputados al PSOE (la última encuesta de El Mundo hablaba de Guadalajara y Toledo). De esta forma abre el abanico de posibilidades y obliga a los socialistas a aumentar la asignación de recursos de campaña en más provincias disminuyendo los que tenían para Ciudad Real.
En último extremo lo que queda es jugársela. Yo, si tuviera que apostar, me la jugaría a que habrá cambio de gobierno y creo que por más margen del que se espera.
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