El caso de las elecciones en Brasil es bastante curioso. Aquí también se enfrentan dos candidatos: Dilma Rousseff y José Serra que se presentan ambos como continuadores de la herencia de Lula. En el caso de Dilma es lógico y más viendo que el presidente hace campaña con ella. Mirando a Santos no es tan comprensible. Es cierto que Lula deja la presidencia con un amplísimo respaldo popular, pero el hecho de que un candidato de la oposición se presente como tú continuador es bastante arriesgado y no es muy creíble.
Si lo que no quieres es que la gente que está contenta con lo que ha hecho el gobierno de Lula no te vea como alguien que quiere deshacerlo, es cierto que lo mejor es no negar sus logros, pero puedes plantear tu campaña como continuista en lo bueno y centrarte en los elementos diferenciales. Otra estrategia puede ser la de dar un nuevo impulso a lo hecho desde nuevos aires.
Se trata de una elección estratégica que es difícil pero lo más importante es ser consciente de que en este tipo de elecciones te juegas la victoria.
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