Todas las últimas encuestas destacan la importante ventaja del PP frente al PSOE motivada más por el desgaste del PSOE y el descontento de sus votantes que por tirón de los populares. Ante esto la estrategia futura del partido socialista parece clara. Por un lado tiene la esperanza de que la situación económica mejore de aquí a las próximas generales. Sin esto quedará poco que vender. Por otro, y en mucha menor medida, el tema de ETA, si se consigue en términos no discutibles por la oposición le daría también alguna baza.
Fuera de esto, la estrategia segura y que depende sólo de ellos mismos está en desprestigiar al máximo al partido de la oposición. El argumento de fondo es pedir el voto no tanto por mí mismo sino para que no llegue el PP y Rajoy al gobierno. Por ello auguro un recrudecimiento de los ataques a la oposición. Rajoy por su parte aplica la máxima de “dos no discuten si uno no quiere” y va a evitar en todo caso contestar. En este sentido va a aplicar una vieja máxima del marketing que es que al lider, al que va por delante, no le interesa entrar en discusión y es al seguidor al que sí. Eso mismo pasa con los debates en televisión, quien lleva ventaja los evita y quien va por detrás los desea.
Queda otra estrategia posible, la de calentar el debate mediante leyes polémicas que obliguen a Rajoy a pronunciarse. Esta estrategia es muy arriesgada con la crisis que padecemos y con el calendario electoral que hay por delante. Por eso no la veo y menos por el perfil de los nuevos ministros. Es un perfil menos ideológico.
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