Al final en las primarias madrileñas ha ganado Tomás Gómez. Poco a poco habrá que ir analizando las consecuencias, pero de primera se me ocurren varias.
Por un lado incide en la debilidad de Zapatero ya que no sólo implica que no haya sido capaz de imponer a su candidato sino que esto ha pasado en Madrid, al lado de los órganos centrales y no en una provincia lejana y con menos posibilidades de control. Por otro las primarias han logrado dar mucha publicidad a Gómez, pero lo que los madrileños no hemos llegado a saber es qué planteamientos tiene para vencer a Aguirre. La visión de lo que es el PSOE, el valor del votante socialista y cosas así son elementos de consumo interno pero no tanto armas electorales. En tercer lugar, Gómez tiene ahora una desventaja que no tenía Trinidad y es el hecho de cómo mantenerse en el candelero público hasta las autonómicas. Este problema no lo tenía la otra candidata pues al ser ministro esto ya era garantía de minutos de televisión. Por último quiero destacar que el ser Tomás percibido como un candidato contra Zapatero es posible que en cierto sentido suponga un freno a la pérdida de votantes socialistas descontentos con el presidente, que no quieren votar a ZP pero sí a Tomás.
En todo caso, y perdón por el bombardeo de ideas sueltas, yo creo que este candidato lo tiene difícil, muy difícil.
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