El PSOE ha perdido la calle

Ayer comentaba un poco el riesgo que corre el PSOE de encontrarse al final de la legislatura con un mínimo de poder local y de medios de comunicación. Hoy quería comentar un poco sobre su poder social pues no podemos olvidar que en gran parte la fuerza de los partidos políticos es contar con apoyo en la calle.

Aquí lo socialistas también están en mínimos. Por un lado a la paulatina decadencia de los sindicatos derivada del cambio en las relaciones laborales y del mayor peso del sector servicios ha sido acelerada por el desprestigio que han acumulado durante estos años por su actitud timorata ante el gobierno. Por otro, el PSOE ha perdido gran parte de su entramado en el asociacionismo. Aquí hay un dato que para mí es muy significativo que es que el PSOE ha ido aprobando su agenda “social” sólo, sin fuerza en la calle. Ha habido manifestaciones potentes contra la ley del aborto y no ha habido prácticamente ninguna a favor. Lo mismo a favor de la familia y contra el llamado matrimonio homosexual en que a lo más que se ha llegado es a aprovechar la “marcha del orgullo gay” a su favor.

Con esto se ve que las asociaciones que apoyan la agenda del gobierno han recibido generosamente dinero público, dinero que no ha sido servido para compensar su falta de iniciativa y empuje.

Yo me acuerdo que cuando estaba en la Universidad apareció una asociación vinculada a las juventudes socialistas. Su aparición fue espectacular pues lo primero que montaron fue unas jornadas ecologistas a las que invitaron a gente de primerísimo nivel. Para anunciarlas llenaron la facultad con carteles caros y no con las típicas fotocopias que se hacían entonces en reprografía. Con todo esto se veía que contaban con más medios de los que contaban todo el resto de asociaciones juntas. Bueno, pues el resultado fue que a las jornadas se apuntó poquísima gente y que incluso la asociación no llegó a sobrevivir ni un curso académico.

¿Qué quiero decir con esto? Pues que el dinero no es capaz de suplir el liderazgo y el empuje de los militantes o de los que creen en tus ideas y que incluso el tener todo demasiado fácil lo que hace más que ayudar es matar la iniciativa.