viernes, 25 de febrero de 2011

Un fiasco para el presidente

La comparecencia de ayer de Zapatero para hablar de política social se encuadra en un intento de reivindicación de su acción de gobierno. Con esta comparecencia a petición propia lo que se buscaba mejorar la percepción que los ciudadanos tienen del gobierno Zapatero en medio de un debate sucesorio donde todos los medios coinciden en que el mayor lastre electoral socialista de cara a las autonómicas y municipales es el propio presidente. Además, ZP tiene su corazoncito debe estar dolido porque ve que va a pasar a la historia como el gobernante que más hizo contra el Estado de Bienestar precisamente cuando se marcó como leit motiv de su actividad el llevar a cabo un gran proyecto de transformación social.

Como era previsible, el tiro le salió por la culata. Es difícil hablar de políticas sociales con los apabullantes datos de paro que presenta. La otra baza, la redistributiva ahora no vende porque sin trabajo ni crecimiento poca política de reparto se puede hacer. Sumemos a esta pesada losa del desempleo el que a nivel comunicativo Zapatero ha perdido toda capacidad para que sus mensajes calen en la ciudadanía. Últimamente parece que lo único que interesa es que comunique si se presenta o no.

Pero es que encima tiene otro problema quizá menos evidente. La mayoría de las leyes que él llama sociales son ideológicas, profundamente polémicas y con poquísimo apoyo social. Se trata de leyes que no responden a la idea de lo que todos tenemos en la cabeza. Al hablar de “sociales” se nos viene a la mente el pobre o el desfavorecido, pero ZP ha entendido por social cambios ideológicos (por ejemplo, todas sus leyes referidas a la identidad sexual, la ideología de género o el aborto). Estas leyes son difíciles de esgrimir en un debate y responden a demandas de sectores muy minoritarios y en muchos casos a la oposición de la mayoría.

Metamos todo esto en la coctelera y saldrá lo que salió. Un fiasco para el presidente.

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